jueves, 3 de mayo de 2012
ALOCUCION PRO-ANIVERSARIO DE VILLA RICA.
Abril 28 de 2012.
Sr. Alcalde de la Comuna, Srs. Miembros del Concejo Municipal, Sr. Obispo de la Diócesis de Villa Rica, Srs. Pastores de las distintas Comunidades Evangélicas, etc.
Nuestra propia experiencia de vida y cultura nos enseña que tanto individual como colectivamente cada cierto tiempo hacemos una pausa en nuestros trajines habituales para recordar y rendir tributo a algún suceso o personaje gravitantes que la gratitud y justicia cívicas tornan imperativo no pasar por alto.
Esta convocatoria que renovamos cada mes de Abril cuando el Otoño se nos presenta con su manto de hojas amarillas, obedece a uno de esos momentos que marca la fundación inicial de esta ciudad ocurrida hace ya 460 años.
Es útil recordar que la historia de Villa Rica no es un continuo toda vez que la resistencia altiva y feroz opuesta por los naturales a sus primeros habitantes, traducida en dos rebeliones generales mapuche surgidas en el siglo XVI en menos de 50 años, tronchó su existencia. Similar suerte corrieron otras seis poblaciones. Luego de esta etapa que se cierra el 7 de Febrero de 1602, deberán transcurrir prácticamente tres siglos para que acaezca su refundación -el 1º de Enero de 1883- en el mismo asiento primitivo; este acontecimiento como punto final de la ocupación por el Estado de Chile de la región de La Araucanía, iniciada en la segunda parte del año 1861 y cuyo primer paso concreto fue la reinstauración de la ciudad de Angol el 7 de Diciembre de 1861.
Resulta comprensible que el período colonial nos parezca lejano y hasta en alguna medida ajeno al pasado inmediato. Sin embargo, no podemos negar a sus temerarios y sufridos protagonistas la calidad de pioneros y primeros difusores de las bondades naturales que todavía registra la zona. Menos aún cuando enfrentados a la vorágine bélica que como se ha adelantado, arrasó con las poblaciones hispanas, escribieran con su sentido del sacrificio, el amor al terruño y arrojo inclaudicable, una de las páginas de mayor gloria en nuestros fastos: once hombres, entre ellos un muchacho de 14 años, y trece mujeres, fueron sus postreros defensores. El enemigo sólo ejecutó a Rodrigo de Bastidas, el último Corregidor de la ciudad y jefe de la resistencia. Al resto, su vida fue respetada pero al precio de un sufrido cautiverio.
Ahora bien, en la actual etapa o republicana-que suma a estas alturas ya 129 años- la ciudad y su área renace formando parte de la provincia de Valdivia hasta el año 1927: primero integra el Departamento de Valdivia, luego el Departamento de Villa Rica con capital Pitrufquen o Lisperguer, creado por ley de 1910- pasando a constituirse en una de sus subdelegaciones. El año 1928 conjuntamente con todo el precitado Departamento es incorporada a la provincia de Cautín.
Su ubicación, marginal con relación a la red central y la carencia de caminos expeditos conspiró en los primeros tiempos contra su crecimiento, a la zaga de diversas localidades que van apareciendo a lo largo de la red ferroviaria: Collipulli, Ercilla, Lautaro, Pitrufquen. Prueba de lo anterior es que todas estas poblaciones contaron con prensa propia mucho antes que Villa Rica. Recién en la década del año 20 surgen los primeros periódicos: La Palabra Libre, a contar del 10 de Mayo de 1920 hasta el 8 de Diciembre de 1924; El Eco de Villa Rica, a partir del 12 de Junio de 1922 y por no más de un año; luego, El Progreso que comienza a circular el 5 de Noviembre de 1926 y desaparece el 25 de Septiembre de 1931.
En este periodo destacan como hitos de progreso urbano y fortalecimiento tanto administrativo como institucional, las siguientes medidas: el plano topográfico de la población, de 2 de Enero 1897, que consulta 191 sitios, con sus calles y una plaza; la creación por Decreto Supremo de 7 de Junio de 1916, dictado por el Presidente Sanfuentes, de la comuna de Villa Rica con la ciudad como su cabecera; asimismo, la instalación el año 1918 del primer cuerpo edilicio o gobierno comunal, con la siguiente composición: Celestino Rodríguez, Carlos Becker y Lucas Hernández en calidad de Alcaldes Ordinarios; Regidores: Francisco Vallejos, Elector Acuña, Juan Francisco Jaramillo y Adolfo Muñoz. También la asunción, el año 1948, de sede del Vicariato Apostólico de La Araucanía-ente encargado de dirigir y supervigilar el trabajo de los Misioneros Capuchinos en toda la región-hasta entonces con asiento en la localidad de San José de La Mariquina.
En obras de adelanto material que mejorarán notoriamente la conectividad de la población e importarán un indiscutible progreso, estimamos de justicia recordar las siguientes: la construcción el año 1923 sobre el nacimiento del río Tolten, de un puente de madera de una sola pista, antecedente de los actuales y que entró en operaciones el año 1924. La campaña emprendida el año 1920 por vecinos prominentes y culminada con éxito recién en los primeros años de la década del 30, en orden a unir la ciudad y la comuna a la red ferroviaria central; lo anterior, vía la construcción del ramal Loncoche- Villa Rica que habría de cubrir una extensión de 41/50 kmts., con tres puentes y tres estaciones intermedias, descontando los puntos cabecera y terminal. Por último, la reingeniería del camino Villa Rica a Freire, iniciada en la administración del Presidente don Jorge Alessandri Rodríguez y rematada en la administración siguiente de don Eduardo Frei Montalva. Esta obra que comprendió el asfalto total de la ruta que hasta entonces lo era de ripio y la construcción en hormigón de un puente sobre el río Allipen y otro sobre el río Pedregoso en reemplazo de unos precarios puentes de madera, permitió a la ciudad disfrutar, por vez primera, de una conectividad expedita y permanente con toda la zona Norte del país, especialmente Santiago, la capital.
Para el turismo que ya asoma como actividad económica promisoria, dicha innovación mayor marca un antes y un después que termina por beneficiar además a toda el área lacustre.
Este apretado recorrido por el ayer no puede cerrarse sin entregar una visión de la Villa Rica de hoy día; asimismo, de los desafíos por vencer en aras de un crecimiento integral, sostenido y racional, en armonía con el entorno natural que constituye un patrimonio único y por ende, irreemplazable.
La ciudad y comuna reúne, a la fecha, una población que en número es sobrepasado en la provincia únicamente por Temuco; a escala regional, disputa a Angol el segundo lugar convirtiéndose, de ese modo, en un polo comercial y de servicios de indiscutible variedad y envergadura que satisface adecuadamente no sólo las demandas de su población, también a vecinos de localidades aledañas que diariamente la visitan. Tal sucede con habitantes de Liquiñe, Coñaripe, Lican Ray y Huiscapi, entre otros puntos.
En algún sentido más transcendente que el área anterior es el universo escolar y educacional, fruto del esfuerzo municipal, privado y de varias confesiones religiosas, que ofrece la ciudad en los niveles pre escolar, básica, técnico- profesional y media.
Además, cuéntase con la presencia de dos Instituciones de Enseñanza Superior: la Pontificia Universidad Católica de Chile, con sus Campus Monseñor Pablo Wevering y Afunalhue, este a la altura del km. 18 del camino a Lican Ray, configurándose en la única sede regional fuera de la ciudad de Santiago. Instalada oficialmente por el año 1963, en el Campus M. Pablo Wevering funciona una Escuela de Pedagogía Básica de cuya excelencia es prueba su acreditación por 6 años, plazo máximo que contempla la reglamentación del caso; además, el Museo Mapuche Leandro Penchulef. En el otro Campus opera un Centro de Capacitación destinado a la Educación de Adultos, especialmente del ámbito rural.
La segunda Institución es la Universidad Arturo Prat con casa matriz en la ciudad de Iquique e instalada en Villa Rica ya el año 2002. Habiendo abierto sus puertas con la dictación de diversas carreras técnicas, el año 2003 incrementa su quehacer con la entrega de la Carrera de Enseñanza Básica para el año 2004 atacar otras nuevas: Traductor Inglés- Español y Asistente Jurídico.
Sin dejar de lado la condición turística de la ciudad, factor desde siempre primordial y relevante en su crecimiento y fama potenciado, al fin, con la construcción de una aguardada costanera, pensamos que un mejor horizonte descansa en seguir avanzando en las áreas precedentes, someramente comentadas. Sin embargo, conviene tener presente que la preeminencia de un país, una región cualquiera o una ciudad, no está determinada exclusivamente por sus riquezas o recursos naturales. Ejemplos sobran de sociedades en el plano mundial que han alcanzado un alto desarrollo en medio de limitados recursos naturales. Baste recordar a varios países de Europa Central, sin acceso al mar, que registran un estimable índice de progreso. El capital humano resulta imprescindible e insustituible.
En esta hora solemne cada uno de nosotros debe, en la intimidad de su fuero personal, comprometerse por ser un mejor hijo, un estudiante comprometido con su formación, un padre de familia solícito como ejemplar, un empresario emprendedor y un trabajador responsable; en cuanto a quienes ejercen una función pública, ser honestos y eficaces. Es la cuota que nos reclama el pasado y el presente de la ciudad; también, por supuesto, nuestra patria.
J. Guillermo González Díaz.
Abogado
Director honorario Museo Municipal de Villa Rica
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